Cornelio Dinastía es una bodega familiar de Rioja cuya sabiduría se ha transmitido de generación en generación elaborando vinos que transmiten la tipicidad y esencia de su tierra. De su pasión por lo que hacen nace la gama Cornelio (El Vino que se hace en la Cepa). Además, su apuesta por la viticultura ecológica y la pureza de la variedad les ha llevado a elaborar vinos orgánicos de corte moderno y personalidad propia creando Vega Vella.
Producen vinos de alta calidad, extrayendo las características más naturales del territorio a partir de un viñedo en equilibrio y autorregulado, sabiendo potenciar sus cualidades y empleando técnicas lo menos intervencionistas posibles a largo del proceso productivo, combinando sistemas tradicionales con nuevos métodos aprendidos a través de viajes a diferentes regiones vitivinícolas del mundo.
Su filosofía “Rioja en Cuerpo y Alma” está centrada en preservar las características varietales de la uva y poder transmitir a través de ella el sello de Rioja.
Bodegas Cornelio Dinastía ha lanzado una campaña para promover la conciencia ecológica y mostrar las características más naturales que ofrece nuestro país. Así nace “Cornelio en las cumbres”, una acción que se llevará a cabo en diferentes momentos del año tomando como referencia distintos puntos del Sistema Ibérico.
El reto que proponen es el siguiente: José Mari (director general de Bodegas Cornelio Dinastía) riojano, apasionado de la naturaleza, innovador incansable, visionario y ecologista convencido, depositará en diferentes cumbres un estuche de madera con
una botella y un mensaje dirigido a quien la localice. El montañero que la descubra se llevará, además del logro de haber conquistado la “Cumbre Cornelio”, un lote de vinos de Cornelio y Vega Vella.
Con esta actividad, además de fomentar el cuidado de nuestro entorno y paisajes, buscan acercar el mundo del vino a todos los amantes de la montaña.
“El ejercicio es salud. Es recoger bocanadas de aire puro en cada marcha y descubrir la ruta en primera persona con el plano en mano, sin dejar un solo metro sin recorrer.” comenta José Mari, promotor de la idea. El día que llegue a cada una de las cumbres y deposite el estuche, se anunciará a través de las redes sociales de la bodega el lugar donde lo ha dejado, regalo que pasará a ser del aventurero que la encuentre. Este deberá apuntar las coordenadas de su recorrido y comunicarlas a la bodega, además de hacerse una foto con la botella encontrada, y así poder recibir el premio final.